VARIEDADES DEL CACAO
El criollo o nativo: es el cacao genuino y fue bautizado así
por los españoles al llegar a México. Se cultiva en América en Venezuela,
Honduras, Colombia, Ecuador, Nicaragua, Guatemala, Trinidad, Jamaica, México y
Granada; y en el Caribe, en la zona del océano Índico y en Indonesia. Es un
cacao reconocido como de gran calidad, de escaso contenido en tanino, reservado
para la fabricación de los chocolates más finos. El árbol es frágil y de escaso
rendimiento. El grano es de cáscara fina, suave y poco aromático. Representa,
como mucho, el 10% de la producción mundial.
El forastero: originario de la alta Amazonia. Se trata de un
cacao normal, con el tanino más elevado. Es el más cultivado y proviene
normalmente de África. El grano tiene una cáscara gruesa, es resistente y poco
aromático. Para neutralizar sus imperfecciones, requiere un intenso tueste, de
donde proceden el sabor y el aroma a quemado de la mayoría de los chocolates.
Los mejores productores usan granos forastero en sus mezclas, para dar cuerpo y
amplitud al chocolate, pero la acidez, el equilibrio y la complejidad de los
mejores chocolates proviene de la variedad criolla.
Los híbridos, entre los que destaca el trinitario: es un
cruce entre el criollo y el forastero, aunque su calidad es más próxima al del
segundo. Como su nombre sugiere, es originario de Trinidad donde, después de un
terrible huracán que en 1727 destruyó prácticamente todas las plantaciones de
la Isla, surgió como resultado de un proceso de cruce. De este modo, heredó la
robustez del cacao forastero y el delicado sabor del cacao criollo, y se usa
también normalmente mezclado con otras variedades.
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